NEGRA NOCHE
Camino
entre la maleza
de
una vida que no es mi vida,
que
es una historia que me contaron
y
que jamás pensé que sucedería.
La
noche me embiste y me hiere
con
su frío trémulo y nauseabundo,
ahogándome
vilmente y sin mesura
en
un riachuelo de desidia.
Camino
por caminar,
desalentada
y loca de espanto.
Espero
por esperar
con
la esperanza hecha añicos
y
con un futuro empañado por el rocío
de
los miles de ojos que me observan.
Los
faros deslumbran mi incertidumbre,
atraviesan
mi accidentada coquetería,
me
hacen sentir desnuda, frágil y angosta
como
esa callejuela en la que habito
y
en la que lloro impúdicamente
al
no mirarme en mis ojos de niña.
Con
una llamada imperativa y asfixiante,
me
conduces a la senda del miedo,
al
rincón donde noche tras noche me someto
y
donde mi cuerpo se torna fuerte y baldío.
Dedos
que acarician y queman
cada
parte de mi cuerpo,
besos
sin saliva,
descargas
de aliento repelente,
cuerpos
que se rozan y se desgastan.
Y
lágrimas.
Lágrimas
de añoranza que musitan rabia,
rabia
entrecortada que destila asco,
asco
por sentir mi cuerpo en manos ajenas,
en
manos desaprensivas que buscan placer,
placer
constante y desmedido,
placer
egoísta, sarcástico, putrefacto
y
vanamente lascivo.
Te
odio una vez más sin saber quién eres,
pero
deseo que goces mis pechos,
mi
boca, mi sexo inerte y dolorido.
Te
hago sentir vivo mientras yo muero
con
cada uno de tus suspiros.
Pieles
untuosas riegan mis muslos cada noche,
debilitan
mi vergüenza hasta dejarla indefensa.
Con
mis pies desvencijados y sangrantes
camino
desdeñosamente hacia el ocaso
rogando
que el día sea eterno
y
que la noche dure un aleteo de mariposa.
Rota
y tullida por la providencia
intento
recordar las huellas de mi camino,
abrasarme
en la hoguera de mis quebrantos
y
olvidar cada rostro que me aniquila.
Ya
no sé qué puedo esperar entre tanta ira,
ya
no sé qué tipo de fuerza me aviva…
Que
la negra noche me cubra
y
me haga dormir de por vida.
PREMIO
NACIONAL DE POESÍA FERMÍN LIMORTE 2019
Tomás
Ferrando Agulló
Un efímero suspiro de realidad acaba de rasgar mis ojos, unos ojos desnudos y frágiles ante la verdad, una verdad impetuosa y atrevida que se abre paso entre la irascibilidad de nuestra sociedad, una sociedad que quema y discrimina con gran vehemencia, pero que no perdona en igual medida.
ResponderEliminarMis más sinceras felicitaciones por el merecido premio que se le ha otorgado por esta maravillosa obra, la cual anhelo que cause en nuestra sociedad el mismo impacto que ha causado en mí.
Muchísimas gracias por tu comentario.
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